27 de mayo de 2009

NOTICIA: III Encuentro de Hermandades y Cofradías de la Diócesis de Ciudad Real

El Paraninfo de la Universidad de Castilla-La Mancha fue el escenario elegido para el desarrollo de esta jornada a la que asistieron más de 700 personas integrantes de 250 hermandades tanto de penitencia como de gloria y 50 sacerdotes-consiliarios.

Después de la oración inicial, el obispo, Antonio Algora, saludó a los presentes y destacó la importancia de la religiosidad popular para la vida de la Iglesia al tiempo que indicó la necesidad de que esta religiosidad sea constantemente purificada y orientada desde la fe de la Iglesia y en comunión con ella. Recordando las palabras que el anterior papa, Juan Pablo II, pronunció con motivo de su visita al Santuario de Nuestra Señora del Rocío en 1993, monseñor Algora señaló que también en nuestras devociones y en nuestra religiosidad se ha adherido “polvo del camino”, que es necesario purificar animando con intensidad a “que nadie equivoque el sentido religioso del pueblo” y a distinguir lo superficial de lo profundamente sagrado.

Animó a los asistentes a que crezcan en su identidad eclesial porque “no sois una ONG ni una institución cultural, sino que hacéis un hermoso servicio a la Iglesia”. Concluyó su saludo exhortando a todos a ser “cristianos en el mundo y a trabajar para que el mundo sea como Dios quiere”.

A continuación, Miguel Esparza, vicario general de la Diócesis, presentó las líneas maestras del nuevo Estatuto Marco que supondrá una renovación en los Estatutos de todas las Cofradías y Hermandades de la Diócesis de Ciudad Real desde la Normativa Diocesana. Destacó en su intervención que las hermandades son parte integrante de la Iglesia: “Necesitáis de la parroquia y ella os necesita.

Todas las Hermandades están llamadas a ser junto al obispo diocesano instrumentos de comunión y unidad”. Desde ahí, fue desgranando uno a uno los aspectos más sobresalientes que rigen el Estatuto marco y que tienen como base el Código de Derecho Canónico y, por eso, son similares en todas las diócesis cambiando sólo en su estructura o presentación. Sin embargo, la concreción que hace cada diócesis según sus características particulares y especiales queda reflejada en la Normativa Diocesana. Destacó especialmente el papel de los consiliarios como “figuras clave para la vida de las Hermandades y Cofradías” y les instó a tener con ellas comprensión y paciencia. También se refirió a la eclesialidad en relación a la comunión de todas las hermandades con el obispo diocesano y también a la comunión en el seno de cada una de ellas porque “la Iglesia es comunión”. Además, destacó que los bienes de una hermandad tienen una única finalidad: cumplir con su misión. Por último, insistió mucho en la composición de las juntas de gobierno.

Después de un breve descanso, un representante de cada una de las zonas de la diócesis hizo un pequeño resumen de la situación de las distintas hermandades. La conclusión del encuentro fue con la celebración eucarística en la Catedral de Ciudad Real.

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